sábado, 18 de enero de 2014

A guisa de resumen

Se me ocurren varios temas para confeccionar la primera entrada del año 2014 en este blog. Pero, en general, darían lugar a textos un poco largos de más si quiero mantener cierto nivel de rigor en la exposición. Así que, por si alguien está interesado, ahí va un pequeño resumen de lo que he visto y me ha sucedido últimamente.

El invierno de Vigo ya me está tocando las narices. Una de las pocas cosas buenas que tenía esta ciudad (la suavidad de sus inviernos) se ha ido a hacer gárgaras. Desde mediados de octubre del año pasado la temperatura (al menos en el monte, donde está la universidad, en la que trabajo) raramente ha superado los diez grados. Añadan lluvia sin parar y temporales de viento (ciclogénesis explosivas) continuos. Un placer, vamos.

Por eso, o por cualquier otro motivo, arrastro una gripe-catarro intermitente desde las mismas fechas. Sobrevivo a base de paracetamol (salvo en unas pocas ocasiones, en las que ni tomando el paracetamol en grandes dosis, lograba bajar una fiebre paralizante). He descubierto que el paracetamol de un gramo te hace sentir bien durante doce horas y, si tienes aguante, puedes llegar a mantenerte en pie durante otras doce horas. Más allá, hay que volver a drogarse. Y el miércoles que viene inicio las clases del segundo cuatrimestre. ¿Podré aguantar sesiones de tres horas seguidas? En este momento, no sé cómo.

Según La Voz de Galicia, que continúa con su feroz campaña contra César Augusto Lendoiro (el tipo es un sinvergüenza de mucho cuidado, pero el periódico debía controlar un poco su ira), el Deportivo está al borde de la liquidación. Uno ya no sabe a qué atenerse. Al parecer, hay un lío de mil demonios en el que también están metidos el Madrid, el Barcelona, la LFP y la AFP. Y Hacienda no explica cómo dejó crecer la deuda del club con ella hasta los niveles que tiene en la actualidad.

El 17 de enero de 2014, viernes, mi hija mayor se convirtió en Doctora en Química. De momento, seguirá financiada por un proyecto que tiene un grupo de su facultad, pero ya ha empezado con la atractiva tarea de enviar currículos a todo lo que se mueve. Entre las felicitaciones que recibió había una que decía, poco más o menos, "si fueras del Celta, ya serías la h...". Mi hija, que para llegar a la presentación y defensa de la tesis hubo de superar incontables demostraciones de la burocracia demencial de la Universidad de Vigo (Kafka, al lado de estos chicos, era un simple aprendiz), continúa prefiriendo ser seguidora acérrima del Real Club Deportivo de La Coruña, le pese a quien le pese.

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