sábado, 4 de diciembre de 2010

Maldad, pura maldad

Como ya dije en otras ocasiones, hay mucha gente que prefiere culpar a los grandes elementos (la banca, el complejo industrial-armamentístico y el imperialismo estadounidenses, la Iglesia Católica, los hipócritas suizos, los cabezas cuadradas alemanes, la Federación Española de Fútbol y los árbitros, etcétera) de todo lo que va mal. Yo no creo que todos esos entes sean seres angelicales y que se les acusa injustamente. Pero sostengo que los españoles deberíamos mirarnos un poco a nosotros mismos. Vean, si no, con qué entusiasmo nos entregamos a practicar los pecados capitales.

Coincidiendo con el puente de la Inmaculada Constitución, los controladores aéreos se han puesto en huelga salvaje para conservar unas prebendas que el gobierno pretendía recortar mínimamente. Pecado capital: avaricia, mucha avaricia.

Haciendo la compra en el supermercado esta mañana, constaté que dos señoras hablaban de los controladores descontrolados. Una de ellas lamentaba la situación solidarizándose con toda la gente a la que han chafado sus deseos de viajar o le han estropeado sus planes de minivacaciones. La otra replicó con furia:

-¡Pues yo no lo siento para nada! Se iban de vacaciones, ¿no? ¡Pues que se j... ! Yo tampoco puedo ir de vacaciones.

Pecado capital: todos. En grado máximo.

Los españoles somos malas personas que vivimos en un país maldito y soportamos una clase política infame. La banca, el complejo industrial-... etcétera, etcétera no son peores que nosotros. Como mucho, son iguales. Y es que resulta imposible exhibir un grado de maldad superior al que manifestó la buena señora.

1 comentario:

¡A ver qué vas a decirme! Espero que me guste, porque si no ...