lunes, 3 de marzo de 2014

Juececillos e incompetencia

Por un quítame allá unas minucias, la Universidad de Vigo (UVigo) y yo andamos en tribunales. El último recurso (por el momento) ha sido fallado por un juez de lo contencioso-administrativo de Vigo en mi contra; vamos, que no me dan el dinero que yo reclamo. Hasta ahí, nada de particular.

Lo bonito del caso es que otros compañeros presentaron un recurso prácticamente idéntico y otro juez de lo contencioso-administrativo de Vigo (primera cuestión: ¿por qué otro juez? ¿Es que un único juez no podía ver ambos recursos, tan similares que no se distinguen entre sí?) les dio la razón; bueno, no del todo, porque les otorgó bastante menos de lo que solicitaban, pero eso no hace al caso ahora. Lo destacable es que ante casos idénticos un juez falla una cosa y otro lo hace en sentido opuesto.

He tronado en muchas ocasiones contra la incompetencia española, pero lo que acabo de contar se lleva la palma. Y no por lo que a mí me afecta, sino por lo que revela acerca de las instituciones y de sus miembros más prominentes. Creemos que en estos momentos el principal problema del país son los partidos políticos y la corrupción, pero unos y otra campan a sus anchas porque estamos en manos de unos jueces incompetentes que operan en un sistema demencial. ¿Cómo no va a haber corruptos si se tarda una eternidad en juzgarlos y darles un escarmiento que sirva de aviso a otros? ¿Como es posible que un timador (léase gestor de fondos de inversión) como Bernard Madoff fuese formalmente acusado (algo así como imputado, diríamos en España) en diciembre en 2008 y en junio de 2009 ya hubiese sido juzgado, sentenciado y encarcelado (Wikipedia, Bernard Madoff, http://en.wikipedia.org/ wiki/Madoff) mientras que aquí llevamos años con la trama Gürtel, la operación Pokémon o el caso de los ERE andaluces (todos ellos peccata minuta al lado de las fechorías de Madoff)?

Y, ya puestos y aunque no tenga nada que ver con los juececillos, ¿cómo es posible que el gobierno de Estados Unidos recupere con beneficios el dinero que invirtió en rescatar sus bancos y grandes empresas, como General Motors, mientras que aquí perdemos sumas astronómicas en operaciones similares? (Joan Faus, EE.UU. amortiza el rescate, La Voz de Galicia, 3 de marzo de 2014, p. 21).

¿Es que los españoles incorporamos de serie el gen de la incompetencia?

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