jueves, 4 de julio de 2013

La vida hace lo que quiere

El lunes 1 de julio de 2013 los cinco miembros de mi familia inmediata coincidimos por primera vez en la circunstancia de realizar un trabajo remunerado. Yo soy profesor universitario, mi esposa trabaja en una entidad bancaria, mis dos hijos mayores están haciendo sus tesis doctorales y perciben una remuneración mensual con cargo a proyectos de investigación, y, finalmente, mi hijo pequeño comenzaba las prácticas que debe completar para obtener su título universitario de grado, prácticas que comportan un pequeño sueldo mensual.

Cuando me percaté de esa circunstancia no pude evitar pensar que hay cientos de miles de familias españolas en las que todos sus miembros están desempleados. No entré en más disquisiciones sobre lo justo o lo injusto de la situación, o si sobre el hecho confirma o no la teoría de que con esfuerzo todo se consigue, o si tenemos una suerte especial. Sencillamente dejé constancia para mí mismo del hecho y lo catalogué de inexplicable mediante las habituales leyes sociológicas.

La verdad, lo único que se me ocurre para explicar esta situación tan dispar es aceptar que la vida hace lo que quiere.

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