viernes, 23 de noviembre de 2012

Calladitos están más guapos

El decreto del gobierno imponiendo tasas a los ciudadanos que quieran llevar a cabo actos judiciales ha levantado un aluvión de protestas. No voy a entrar ahora a discutir si esa disposición es justa, injusta o sí pero no. Quiero fijarme en algunos de los que despotrican contra ella.

No sé por qué jueces, procuradores y abogados han levantado la voz más que nadie a la hora de pedir la retirada del decreto que estableció el "tasazo". A primera vista podría parecer que se solidarizan con los afectados y que defienden una justicia gratuita libremente accesible para todos. Y yo, a lo mejor porque hoy me levanté con el pie izquierdo y con ánimos beligerantes, sencillamente no me lo creo. Mi perturbada mente me hace creer que protestan porque temen que sus ingresos se resientan al disminuir el número de actos judiciales.

Que los abogados clamen contra los costes que se imponen a los ciudadanos figura en un lugar elevado en una hipotética clasificación de sarcasmos y similares. Por desgracia, estoy inmerso en un proceso en el que, por el momento, no me ha sido posible exponer mi caso ante un juez. Vamos, que todavía no llegué al momento de punto y final. Y mis dos abogados (primero uno, luego otro) me han sacado hasta ahora casi diez mil euros entre ambos. Si tan partidarios son de la justicia gratuita y accesible, ¿por qué no empiezan por rebajar sus tarifas?

En cuanto a los procuradores, confieso mi convencimiento de que moriré sin llegar jamás a saber para qué sirven y por qué deben cobrar a quienes quieren internarse en el proceso mar judicial. Nadie me ha explicado su papel. No conozco personalmente a nadie que esté al corriente del mismo. Lector compulsivo como soy, han pasado por mis manos montañas de libros ambientados en innumerables países; en ninguno de ellos aparece ni siquiera fugazmente algo que se parezca remotamente a un procurador. Entonces, ¿quién les dio vela en este entierro? ¿Por qué no se limitan a desaparecer, ahorrando a los españoles unos costes que nadie ha justificado?

Dicho sea de paso, podrían acompañarles en ese acto los notarios y los registradores de la propiedad (y no digo esto último porque el actual presidente del gobierno sea registrador). Evidentemente, su función es necesaria (al contrario que la de los procuradores), pero ¿por qué no la realiza gratuitamente una oficina pública en la que podemos colocar a unos cuantos funcionarios desocupados?

En principio, los jueces, que en teoría (supongo) no verían afectados sus emolumentos porque hubiera más o menos juicios y, también en teoría, deberían alegrarse de que el número de éstos se redujera, podrían tener más credibilidad en estas protestas. Alguien incluso podría llegar a pensar que realmente actúan en interés de los ciudadanos. Pero uno, animado de las mejores intenciones del mundo y lleno de buenos pensamientos por el desprendimiento de una clase tan influyente, va, se levanta, abre el periódico y lee algo sobre recientes actuaciones judiciales.

1) No se ha iniciado ninguna acción judicial para depurar responsabilidades e iniciar procesos penales si corresponde en el caso de la niña ecuatoriana que se suicidó por sentirse incapaz de seguir soportando el brutal acoso escolar (envuelto en racismo y xenofobia) al que era sometida en un colegio público de la provincia de Ciudad Real. Directivos y profesores del colegio y profesores de otros alumnos siguen con sus vidas como si tal cosa. Entretanto, fiscales y jueces cantan el Aserejé; eso sí, con toda la arrogancia del mundo.

2) El Tribunal Superior de Justicia de Galicia tumba un decreto del gobierno gallego sobre la utilización de este idioma en la enseñanza infantil; al parecer, el decreto violaba una ley anterior. Hasta ahí, no tengo nada que decir. Pero, no contento con eso, el Tribunal añade una homilía en la que conmina al gobierno a tratar decentemente el gallego, dado lo fundamental que es un idioma. Muy bien; aplaudamos con las orejas. Igual que hacíamos cuando los tribunales franquistas nos obligaban a ser católicos porque les salía de sus togas. ¿Quién coño es un puto tribunal de los cojones para decir a alguien lo que tiene que pensar o dejar de pensar?

3) Los mafiosos detenidos el mes pasado en un feroz ataque policial contra la mafia china en España (había decenas de miles de millones de euros por el medio) han tenido que ser puestos en libertad porque un juececito de mierda cometió un error técnico de primero de carrera.

¿Sigo hablando de los jueces y de su derecho a opinar sobre el decreto del gobierno? ¿Por qué no se dedican a repasar los fundamentos de su titulación y dejan que nos defendamos contra el "tasazo" nosotros solos? Seguro que nos va mejor; por lo menos, no tan mal como nos va si ellos y los restantes personajillos a los que me referí intervienen en nuestra ayuda.

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